Conferencia Pre Temporada de Huracanes 2024 / DÍA 2

Nuestra iniciativa Surge: Cómo aprovechar el poder de nuestra red mundial

El objetivo de la iniciativa de respuesta rápida de la IFRC es mejorar las capacidades de respuesta a las emergencias a nivel nacional y regional. 

El sistema de respuesta rápida está abierto a cualquier miembro del movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja con capacidad de despliegue inmediato para apoyar una amplia gama de actividades, como la evaluación, la coordinación, el análisis, la planificación y la ejecución de emergencias. 

La capacidad de intervención rápida se basa en un enfoque por competencias, que incluye un marco de competencias básicas y competencias técnicas. 

El Sistema de Gestión de Respuesta Rápida es una plataforma global que incluye un catálogo con los perfiles estándar necesarios para las distintas áreas de las unidades de Respuesta a Emergencias. En la plataforma es posible registrarse, recibir alertas, presentar solicitudes, recibir información sobre formación, informes, etc. El proceso de despliegue consta de cuatro pasos: 

  • La SN y la IFRC identifican los roles necesarios según las categorías en GO  
  • Se emite la alerta en el sistema a través del correo electrónico.  
  • Periodo de 24 a 48h para recibir solicitudes  
  • Se identifican los candidatos potenciales, se realiza la evaluación y se toma una decisión. Algunos de los criterios para seleccionar a la persona adecuada son la proximidad, el idioma, las competencias básicas y técnicas, la disponibilidad inmediata y el equilibrio entre hombres y mujeres, entre otros. 

Lo más destacado de las experiencias del personal de respuesta rápida: 

  • Cada despliegue es único y una experiencia significativa.  
  • Cuando no hay muchas personas desplegadas, las que lo están intervienen en varios ámbitos.   
  • La ventaja de formar parte de la lista es que recibes las alertas directamente.   
  • El personal de refuerzo apoya el desarrollo de las capacidades instaladas a la SN. 

La Cruz Roja Dominicana compartió las buenas prácticas y las ventajas de recibir personal de refuerzo especializado en Participación Comunitaria y Asistencia en Efectivo. Por ejemplo, ahora cuentan con protocolos claros y documentos escritos para implementar actividades en estas dos áreas. 

Por último, el equipo de intervención reconoció que, a pesar de los esfuerzos realizados, lograr el equilibrio de género en los despliegues sigue siendo un reto en la región. 

Trabajar en alianza para movilizar financiación suficiente para la alerta y la acción tempranas


La sesión de Alianzas Estratégicas y Movilización de Recursos contó con representantes de la IFRC, UNDRR, ECHO y analizó la importancia de invertir en preparación, acciones anticipatorias y alertas tempranas. 

La IFRC forma parte de la iniciativa Early Warnings for All (EW4All) 2023-2027 y es responsable del cuarto pilar: la preparación para responder, que se centra en las acciones anticipatorias y los sistemas de alerta temprana. Para la IFRC es prioritario aumentar las acciones de anticipación, sin embargo existen lagunas de financiación, ya que se necesitan más de 50 millones de dólares para la intervención en su conjunto.

Un problema estructural en la región que debe abordarse es el uso de la información para tomar decisiones informadas. También es necesario reforzar el sistema de alertas tempranas, que actualmente se está abordando a través de la iniciativa EW4All. 

La desinformación o las noticias falsas son también un reto importante que hay que abordar, ya que a veces influyen en los responsables de la toma de decisiones. Debe haber una mayor responsabilidad, especialmente por parte de las autoridades competentes, para garantizar que comparten información precisa. Siempre habrá un margen de incertidumbre, pero este margen de error es mejor que no utilizar la información para hacer nada en absoluto, ya que la acción anticipatoria requiere información para actuar. 

El UNDRR también forma parte de la iniciativa EW4All y lidera el primer pilar, que tiene que ver con el conocimiento del riesgo de catástrofes. A veces el problema no es disponer de la información, sino que ésta existe pero falta financiación para utilizarla y tomar las medidas necesarias. 

La Unión Europea se ha comprometido a aumentar la financiación de la acción anticipatoria y ha participado en varios espacios en los que se está debatiendo esta cuestión. A escala mundial, están poniendo en marcha algunas iniciativas piloto para probar distintos enfoques. Hay más de 20 proyectos sobre acción anticipatoria en todo el mundo y también herramientas que pueden ayudar a probar, por ejemplo, el modificador de clase. En función de los resultados de estos proyectos piloto, se determinará qué podría convertirse en iniciativas a largo plazo. 

La financiación de las acciones de anticipación suscita cada vez más interés, pero uno de los elementos clave es la coordinación, para garantizar no sólo la ampliación de las acciones de anticipación, sino también su coherencia y la participación de todos los actores clave, incluidos los gobiernos, las agencias de la ONU, etc. Sin embargo, la ayuda humanitaria no puede ser la única fuente de acciones anticipatorias. 

Logística y cadena de suministro: Cómo prestar ayuda humanitaria de calidad a tiempo, en la cantidad adecuada y a un precio razonable

La IFRC es un proveedor reconocido de servicios mundiales de la cadena de suministro humanitario, tanto para los miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja como para las organizaciones humanitarias y los gobiernos de todo el mundo. Proporciona una amplia gama de apoyo logístico a nuestra red humanitaria mundial, garantizando que nuestros miembros puedan responder con rapidez y eficacia antes y después de los desastres. 

Los servicios de la IFRC incluyen adquisiciones, almacenamiento, transporte y apoyo a nuestros miembros. Todos ellos se centran en un único objetivo: hacer llegar ayuda humanitaria de calidad a las personas más afectadas por los desastres, en el momento, la cantidad y el precio adecuados. En otras palabras, nuestro objetivo es hacer llegar la ayuda a la gente lo antes posible, evitando la escasez y el despilfarro, y obteniendo la mejor relación calidad-precio.

La IFRC dispone de almacenes en tres centros logísticos regionales estratégicamente situados -Dubái, Kuala Lumpur y Panamá-, así como de reservas subregionales preposicionadas para apoyar a las zonas de difícil acceso y a los lugares propensos a los desastres.

En las Américas, los suministros médicos y no alimentarios preposicionados para hasta 20.000 personas pueden entregarse rápidamente en las 48-72 horas siguientes a una catástrofe. Otras 60.000 personas pueden recibir asistencia en los 15 días siguientes a la catástrofe. 

Tenemos suministros preposicionados en Panamá, Honduras, República Dominicana, Argentina, Trinidad y Tobago y Jamaica. Estos artículos incluyen tiendas de campaña, mantas, lonas, mosquiteras, cubos, botiquines de primeros auxilios, kits de higiene, utensilios de cocina, suministros de agua y saneamiento y vehículos. 

Nuestros servicios de almacenamiento y manipulación incluyen descarga, almacenamiento, embalaje, reembalaje, etiquetado, preparación de kits, consolidación de pedidos y transporte. También prestamos servicios de adquisición de vehículos y gestión de flotas, incluida la mejora de la capacidad de las flotas de las Sociedades Nacionales y el desarrollo de las aptitudes de los conductores en ámbitos como la seguridad vial. 

En general, ayudamos a las Sociedades Nacionales a comprender mejor sus necesidades logísticas y a identificar las carencias de sus sistemas actuales. Podemos ayudarles a diseñar planes de desarrollo logístico y prestarles apoyo técnico para su aplicación. 

Esta sesión también nos presentó una nueva herramienta: la Plataforma de Estocolmo https://esups.org/our-work/stockholm-platform/. Este sitio web permite a los usuarios explorar los niveles actuales de existencias humanitarias en todos los países del mundo. Los datos que ofrece la plataforma incluyen las reservas de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, así como las de otras organizaciones.

Las leyes son vitales para garantizar la eficacia de los sistemas de alerta temprana y la acción basada en pronósticos

La sesión sobre Derecho de Desastres contó con representantes de la Organización Meteorológica del Caribe, la Cruz Roja de Belice y la IFRC. 

La Organización Meteorológica del Caribe (CMO), creada en 1951, agrupa actualmente al Consejo Meteorológico del Caribe y al Servicio e Instituto Meteorológicos del Caribe. 

El Caribe es una de las regiones del mundo más expuestas a los riesgos, por lo que se necesitan sistemas de alerta temprana de riesgos múltiples. También es necesaria información meteorológica, climática y medioambiental precisa y oportuna, así como una integración y aplicación eficaces de dicha información.  

Sin embargo, los sistemas de alerta temprana de peligros múltiples deben estar respaldados por marcos jurídicos y de gobernanza. Desafortunadamente, muchas organizaciones meteorológicas nacionales de los Estados miembros de la CARICOM carecen de leyes que regulen su existencia y funcionamiento. Por ello, es necesario un mandato legal apropiado, con funciones y responsabilidades bien definidas, recursos adecuados e interacciones con otras agencias. 

También es necesario reforzar los sistemas regionales y nacionales relacionados con los servicios meteorológicos, climáticos e hidrológicos, las previsiones y alertas basadas en el impacto de peligros múltiples y la prestación de servicios para mejorar la toma de decisiones. 

La Cruz Roja de Belice compartió su experiencia durante el huracán Lisa con los retos operativos a los que se enfrentó, concretamente la coordinación de la respuesta a los desastres. Aunque en general la Sociedad Nacional intentó incluir a la organización nacional de desastres en su coordinación, planificación y evaluación, y trató de compartir la información pertinente, descubrió que no existía una alianza mutua y que sus esfuerzos de coordinación rara vez eran reconocidos o correspondidos. Esto provocó duplicidades en las evaluaciones realizadas y en la ayuda distribuida, causando costos innecesarios y retrasos indebidos al tener que volver a las comunidades afectadas. 

En otros aspectos de la respuesta, como la distribución de asistencia en efectivo y paquetes de alimentos, se produjeron varias disparidades, ya que los miembros de las comunidades recibieron cupones y paquetes con cantidades distintas de diferentes organizaciones. También se produjeron retrasos y dificultades adicionales tanto en las actividades de limpieza y saneamiento como en las evaluaciones iniciales debido a la falta de coordinación entre las entidades gubernamentales de infraestructuras y obras públicas para despejar rápidamente los accesos y las vías fluviales.

Recomiendan que, para ahorrar tiempo y recursos, la comunicación entre los socios sea abierta, precisa, clara, oportuna y objetiva para permitir una ejecución fluida y eficaz de las intervenciones mutuas. Además, debería haber una estandarización en la forma de distribuir la ayuda (qué, cómo, cuándo, por quién y a quién) para evitar problemas futuros.

Tras la experiencia adquirida con el huracán Lisa, la alianza con la oficina nacional de desastres ha mejorado notablemente. Han estado revisando y actualizando los planes operativos y de catástrofes, las estrategias y otros documentos de orientación, centrándose cada vez más en mejorar y reforzar la capacidad de las comunidades vulnerables en colaboración y coordinación con los socios, como la Cruz Roja de Belice, que ya está trabajando sobre el terreno. 

Además, en octubre de 2023, la Cruz Roja de Belice firmó un Memorando de Entendimiento con su oficina nacional de desastres para promover un espíritu de estrecha cooperación a través de consultas periódicas sobre asuntos de interés común, así como para fomentar la alianza y la participación en asuntos de interés mutuo. El memorando de entendimiento también incluye la cooperación en el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades de Belice en varios ámbitos, como la gestión de desastres, la reducción del riesgo de desastres y el cambio climático, el derecho relativo a los desastres, la salud en situaciones de emergencia, la asistencia en casos de desastre y la respuesta de emergencia, así como temas de género y juventud. La Cruz Roja de Belice también sensibilizará a los organismos gubernamentales en materia de IDRL. 

Esta experiencia ha subrayado la importancia de cómo tanto el gobierno como la Cruz Roja pueden beneficiarse de una mejor coordinación, líneas de comunicación más claras y una mejor comprensión de los mandatos, principios y valores de cada organización. 

En la última presentación de la sesión, la IFRC compartió las directrices internacionales sobre gobernanza del riesgo de desastres, que incluye varios subconjuntos como la reducción del riesgo de desastres, preparación y respuesta, recuperación, derecho internacional de respuesta a desastres, emergencias de salud pública y protección e inclusión. 

El objetivo de las directrices sobre gobernanza del riesgo de desastres es apoyar a los Estados en sus esfuerzos por reforzar la gobernanza del riesgo de desastres y prepararse jurídicamente para hacer frente a las catástrofes. Son una herramienta de referencia (mejores prácticas) que puede utilizarse para orientar el desarrollo y la revisión de los instrumentos nacionales.

Para que la alerta temprana y la acción temprana tengan éxito, la legislación, las políticas y los planes deben ordenar y asignar la responsabilidad de cada uno de los componentes clave de un sistema de alerta temprana y establecer normas para el contenido, la presentación y la difusión de las alertas. También deben establecer planes de contingencia que aborden no sólo la respuesta sino también las acciones tempranas e identifiquen el desencadenante de las acciones tempranas, así como lo que ocurre cuando se produce el desencadenante. Por último, deben ordenar y asignar la responsabilidad de la planificación de la evacuación (personas, animales domésticos y ganado).

¿Está preparada su Sociedad Nacional para mejorar su respuesta humanitaria mediante una comunicación pública robusta y atractiva?

La sesión de comms se centró en la pregunta ¿Estamos preparadas y preparados para comunicar durante la temporada de huracanes? 

Las panelistas hicieron un repaso por los roles de la comunicación pública en emergencias, que incluye: narración de historias y producción de contenidos, gestión de prensa, gestión de riesgos reputacionales, apoyo a la movilización de recursos y las actividades de participación comunitaria, así como el fortalecimiento de capacidades de comunicación a nivel local y nacional. 

Después discutieron sobre la importancia de contar historias para generar conciencia de las necesidades humanitarias, defender los principios fundamentales, amplificar las voces de las comunidades y abogar por que sus necesidades sean atendidas, entre otras razones.  

Además, presentaron una lista de verificación que los equipos nacionales y locales de la Cruz Roja pueden completar para determinar su nivel de preparación en materia de comunicación pública. Esa lista incluye los requerimientos básicos con los que deben contar en áreas como la planificación y el financiamiento, los recursos humanos, la producción de contenido y los protocolos de aprobación. Esa lista, al igual que una guía de autoevaluación de capacidades de comunicación, están disponibles para quienes desean completarlas antes del inicio de la temporada.

Sobre la producción de contenido, el equipo de comunicación presentó siete consejos fundamentales a la hora de contar historias: 

  1. La humanidad, dignidad y voces de las personas son el corazón de nuestra narrativa. 
  2. Las historias que producimos deben ser tan plurales y diversas como las comunidades con las que trabajamos. Debemos incluir tantas voces como sean posibles: mujeres, niñez, población adulta mayor, personas con discapacidad, etc. 
  3. La ética rige nuestras comunicaciones, debemos ajustarnos al código de conducta y respetar los derechos de las personas a decidir si quieren o no contar su historia. SIEMPRE DEBEMOS TENER EL CONSENTIMIENTO INFORMADO. 
  4. Usemos las voces de la Cruz Roja, cada día las personas confían menos en los medios, y más en sus pares. 
  5. Evitemos el uso excesivo de datos, es más fácil recordar cifras de un dígito y siempre es mejor acompañarlas con emociones.
  6. Los hechos y datos no cambian mentalidades, las emociones sí. 
  7. Seamos conscientes del potencial, las limitaciones y sesgos de la IA. 

Por último, las panelistas recordaron que están siempre disponibles para apoyar a las Sociedades Nacionales, revisar sus capacidades de comunicación e identificar sus áreas de mejora. También, compartieron recursos útiles para prepararse antes de la temporada: librería de contenido relacionado a huracanes y otros desastres, repositorio de imágenes, plantillas para desarrollar mensajes clave, planes de comunicación, guías para generar contenido, entre otras herramientas útiles a las que se puede acceder de forma pública. 

Seguridad operativa en emergencias: Reconocer nuestra fragilidad y aprender de las operaciones humanitarias en contextos delicados y complejos

El personal y el voluntariado de la Cruz Roja hacen todo lo que está en sus manos para salvar vidas y llevar ayuda a quien la necesita. Pero como todos los seres humanos, estas personas son frágiles y están expuestas a riesgos: accidentes, violencia, estrés.

Cada vez son más las emergencias y los desastres que ocurren en comunidades marcadas por la inseguridad y la violencia. Un buen ejemplo es el huracán Otis, que golpeó zonas de México donde las condiciones de seguridad dificultan el acceso a las comunidades más afectadas.

Al operar en esos contextos sensibles, las Sociedades Nacionales requieren conocer cómo son percibidas y aumentar su nivel de aceptación, seguridad y acceso a las personas y las comunidades necesitadas. Para lograrlo, cuentan con el Marco para un Acceso Más Seguro, una serie de acciones y medidas, basadas en sus Principios Fundamentales y otras políticas del Movimiento, que les ayudan a mitigar los riesgos que enfrentan.

Esas medidas suelen ser de sencilla aplicación y abordan el análisis de contexto y de riesgos, las bases jurídicas y las políticas, la aceptación de la organización y de las personas, la comunicación y coordinación internas y externas, y la gestión de los riesgos operacionales. Estos elementos son como los eslabones de una cadena: interconectados e interdependientes.

En septiembre de 2023, Otis tocó tierra en Guerrero, un estado con presencia de grupos civiles armados y cuna de grupos subversivos. Para responder, la Cruz Roja Mexicana puso en marcha el Marco de Acceso más seguro y las herramientas de gestión operacional del riesgo, todo con dos objetivos: cuidar al voluntario sobre todas las cosas e identificar los riesgos aceptables. Esta operación dejó seis lecciones aprendidas:

Dominar la comunicación operacional es vital. El acceso a las comunidades para entregar ayuda depende de si somos capaces de explicar quiénes somos, qué hacemos y qué no, y cómo y con quién lo hacemos.

Adaptar nuestras herramientas y experiencias es clave. Ninguna emergencia es igual a otra, mucho menos las que suceden en contextos complejos como éste, que requieren soluciones a la medida.

Las distribuciones seguras protegen al voluntariado y la comunidad. Éstas incluyen preparar a fondo la logística, identificar el espacio de la distribución, controlarlo antes de iniciar la entrega, anticipar la formación de multitudes y realizar entregas controladas.

Nuestra visibilidad debe ser máxima. El personal, los vehículos y las instalaciones deben estar identificados. El uso del emblema sí hace una diferencia.

La salud mental del voluntariado debe ser una prioridad. En el ciclo de la respuesta a desastres, la tensiones en las comunidades afectadas suben a las dos semanas de sucedido el shock, justo a la vez que suele bajar la capacidad del voluntariado para gestionar su estrés. Por eso las rotaciones de personal y voluntariado son críticas y no pueden pasarse por alto. 

Las escenas, las emociones y las situaciones que vivimos durante una emergencia nos estresan y llevan nuestra mente al límite. El estrés nos puede hacer tomar decisiones erróneas y peligrosas, por eso invertir en la salud mental es indispensable. Apostar por las formaciones, simulaciones, sesiones de terapia y preparación emocional antes de que sucedan los desastres es fundamental para que podamos responder a ellos de forma segura, efectiva y que respete la dignidad de los propios cruzrojistas.

Acción anticipatoria y sistemas de alerta temprana: Las experiencias de la Cruz Roja en Jamaica, México y Ecuador

En las Américas, 14 países están involucrados en acciones anticipatorias y algunos ya han elaborado planes de anticipación. En 2023, la mayoría de esos planes fueron para inundaciones y sequías. Más de 6.000 personas recibieron formación en acciones anticipatorias y más de 4.600 familias recibieron ayuda humanitaria bajo esta modalidad.  

La Cruz Roja de Jamaica compartió cómo han estado trabajando con las comunidades para fortalecer las acciones anticipatorias a nivel local y destacó cuatro componentes clave que son críticos para facilitar acciones anticipatorias efectivas y acciones y alertas tempranas: 

  1. Los equipos comunitarios de respuesta a desastres (ECRD). Las acciones tempranas son mejor dirigidas por las comunidades y necesitan ser incluidas en el proceso comunitario de gestión del riesgo de desastres. Estos equipos deben ser eficaces y estar bien formados y comprometidos. Si están inactivos, deben reactivarse y, cuando sea necesario, pueden formarse equipos nuevos.
  2. Alianzas eficaces.  La formación de alianzas a nivel local con organismos gubernamentales y no gubernamentales es fundamental para reforzar las acciones y alertas tempranas.  
  3. Personal y voluntariado con entrenamiento apropiado. Hay carencias en la formación, sin embargo, se está trabajando para garantizar que el personal y voluntariado se forme en acciones anticipatorias para apoyar a las comunidades. 
  4. La financiación adecuada ayuda a garantizar que dispongamos de sistemas eficaces de alerta temprana adaptados, según los riesgos previstos. Por ejemplo, en Jamaica, la mayoría de las comunidades sufren inundaciones y deslizamientos de tierras.  

En general, es importante garantizar que las comunidades conozcan sus riesgos y sepan cómo llevar a cabo acciones preventivas para hacerles frente. 

La Cruz Roja Mexicana compartió algunas reflexiones sobre cómo vivieron el impacto y la respuesta al huracán Otis en octubre pasado. En septiembre pasado, y en cuestión de horas, Otis pasó rápidamente de tormenta tropical a huracán categoría cinco, por lo que hubo poco tiempo para monitorear y emitir una alerta. Nadie consideraba que la tormenta se intensificara en pocas horas. 

Al llegar a la zona afectada,  la asistencia se concentró en resolver las primeras necesidades de la población, tales como alimento, techo, agua y saneamiento. Sin embargo, la población cuestionó por qué no se les avisó a tiempo sobre el peligro de Otis. La última alerta antes de que el huracán tocara tierra, anunció que llegaría como huracán categoría tres, como otros que ya habían afectado la zona en el pasado. Sin embargo, Otis tocó tierra como un huracán mayor. Si las alertas no llegan a la población actualizadas y a tiempo, ningún sistema puede ser efectivo, a pesar de que contemos con herramientas adecuadas. 

Después, abordaron cómo han trabajado en la mejora del sistema de alerta temprana a través del desarrollo de un estudio de resiliencia comunitaria, análisis de vulnerabilidades y capacidades y la identificación de áreas de oportunidad para colaboración entre distintos sectores. 

Actualmente, están desarrollando acciones para ampliar los sistemas de alerta temprana  a través de la participación comunitaria, implementación de métodos locales de monitoreo y la planificación comunitaria a partir de la adaptación de estrategias nacionales. 

La Cruz Roja Hondureña compartió cómo han evolucionado de tener planes institucionales de acción temprana, hasta lograr que estos sean adoptados por instituciones gubernamentales, y comunidades, que son las primeras en responder a las emergencias. 

Durante el 2023 lograron la creación de un grupo técnico asesor de acciones anticipatorias con distintas instituciones de gobierno y no gubernamentales. También, desarrollaron el primer protocolo de acción temprana (PAT) de movilidad humana a nivel global, un PAT de sequía y otro para tormentas tropicales. Además, han colaborado en la creación de comités municipales de emergencia y comités de emergencia locales, que han recibido formación pertinente para la acción temprana. 

También en Honduras, en el marco de la Alianza Programática entre la IFRC y la Unión Europea, se está desarrollando un sistema de acción temprana para uno de los sectores más afectados por inundaciones en la zona norte, el Valle de Sula, sector en el que que ha crecido la vulnerabilidad desde el impacto de los huracanes Eta e Iota. Este plan pretende que, entre 10 y 15 horas antes de la emergencia, los equipos de respuesta de las comunidades dispongan ya de las previsiones que les permitan estar preparados. Actualmente, las reciben entre tres y cinco horas antes del posible suceso.

Por último, la Cruz Roja Ecuatoriana compartió su experiencia en la elaboración de PAT para lluvias asociadas al fenómeno de El Niño en la zona costera. Algunas de las principales acciones de este protocolo fueron la formación del voluntariado y staff, el preposicionamiento de suministros y la asistencia previa a las comunidades que van a ser impactadas.  

Desde el 2017 han estado trabajando el tema de Alerta y Acción Temprana en coordinación con distintos actores del Estado, buscando que las acciones anticipatorias no se vean como parte de la respuesta, sino como un paso previo. Un gran logro es la inclusión de acciones anticipatorias en la ley de gestión del riesgo aprobada recientemente. 

El reto para Ecuador fue aprender a confiar en los pronósticos, estudiar cómo funcionan, hacia dónde apuntan, cómo se generan, y cómo incluirlos en las acciones anticipatorias. 

Dentro de los elementos clave en el proceso de desarrollo del PAT, destaca el trabajo cercano con organismos técnico-científicos para trabajar en la mejora constante de los pronósticos, para aumentar la confianza en las comunidades. Igual de importante es trabajar mano a mano con las comunidades y los actores locales en la construcción y validación del plan.

Preparación para una respuesta eficaz: dos maneras sencillas de poner en marcha el mecanismo PER antes de que empiece la temporada de huracanes

La IFRC diseñó la estrategia de Preparación de las Sociedades Nacionales para una respuesta eficaz (PER) con el fin de reforzar a las Sociedades Nacionales en el cumplimiento de su función auxiliar y su papel de apoyo vital durante las crisis. PER, un enfoque basado en dos décadas de conocimientos, se centra en cinco áreas clave: política y normas, análisis y planificación, coordinación, capacidad operativa y apoyo a las operaciones. Este marco integral ofrece orientación para un mecanismo sólido de preparación ante catástrofes.

El PER facilita la evaluación sistemática de los sistemas de respuesta, permitiendo a las Sociedades Nacionales identificar los puntos fuertes, los puntos débiles y los planes de acción. A través de los chequeos de preparación estacionales, una de las herramientas del PER, las Sociedades Nacionales pueden evaluar sus capacidades de respuesta, señalando las áreas que necesitan apoyo y las acciones inmediatas para mejorar la eficacia.

Este chequeo tiene por objeto documentar las enseñanzas extraídas de respuestas anteriores, lo que ayuda a perfeccionar las estrategias futuras. De este modo, las Sociedades Nacionales pueden identificar rápidamente, por ejemplo, las áreas que deben mejorarse y los recursos necesarios, ya sean financieros o equipos de intervención rápida.

Metodológicamente, la lista puede elaborarse en una sesión de un día de duración en la que participen los equipos de respuesta y otras unidades, y en la que se planteen preguntas como: “¿Es adecuado el punto de partida en el que estamos?” o “¿Son suficientes los componentes operativos?”. El resultado incluye acciones críticas a corto plazo, y soluciones ideadas para las limitaciones de capacidad dentro de plazos ajustados.  

La Cruz Roja de Belice aplicó esta herramienta en 2023, cuando celebró una reunión previa a la temporada de huracanes. Como resultado, identificaron las necesidades de autocuidado y los signos de agotamiento en los voluntarios, la forma de identificar la experiencia de cada voluntario/a y las medidas a adoptar para mejorar la seguridad sobre el terreno.

Si el “chequeo de preparación estacional” debe utilizarse antes de las catástrofes, el PER dispone de otras herramientas que pueden emplearse en las primeras horas después de una emergencia. Una de ellas es el “Chequeo de capacidades de respuesta rápida”. Su objetivo es identificar las áreas en las que la operación presenta brechas o vacíos que podrían suponer un riesgo. Se trata de una lista de comprobación muy breve que consta de 19 preguntas divididas en las cinco áreas del enfoque PER. Cada una de ellas debe responderse con una de tres opciones: No hay ningún obstáculo en esta área, esta área requiere una acción inmediata para solucionar una laguna o esta área requiere alguna acción correctiva.

Metodológicamente, esta herramienta puede ser utilizada por el responsable de operaciones o de respuesta ante catástrofes. Puede completarse en dos o tres horas y sus resultados pueden mejorar radicalmente la respuesta de emergencia.

La Cruz Roja Costarricense compartió las lecciones aprendidas tras realizar la evaluación PER. A pesar de la ansiedad inicial por los posibles resultados, consideran primordial identificar las áreas que deben reforzarse. Esta Sociedad Nacional ha realizado dos evaluaciones PER y el nivel de mejora de una a otra es tangible.

El PER faculta a las Sociedades Nacionales para fortalecer proactivamente sus mecanismos de respuesta, garantizando una ayuda humanitaria oportuna y eficaz. Mediante la evaluación estratégica y la planificación colaborativa, el PER fomenta la resiliencia frente a las crisis.